La inmediata respuesta de PEACE Punta de Mita a inicios de marzo de 2020 dio como resultado la entrega de alimentos, meses antes de que el mortal virus, llegara a Punta de Mita. Aunque la gente no estaba enferma entonces, el cierre de escuelas y negocios creó una sensación de pánico en las personas que viven al día, dados sus escasos ingresos. El embate de esta crisis proporcionó muy poco tiempo para diseñar y ejecutar un plan que incluía, además de un censo detallado y la identificación de los destinatarios, la determinación de una fuente de alimentos, una campaña de marketing de recaudación de fondos y la implementación de un esfuerzo logístico masivo en cuestión de días, así la HRA (por sus siglas en inglés) fue lanzada por PEACE y su aliado, la Fundación DINE Punta Mita. Este equipo de socorristas pudo establecer una rutina duradera desde el principio, una bendición bienvenida durante un momento de tanta incertidumbre.
Ahora que noviembre llega a su fin, la HRA, con el apoyo de La Comer Bucerías y gracias al servicio de la Guardia Nacional, hemos podido entregar cerca de 20,000 bolsas de despensa de manera semanal. Lo que comenzó con 200 bolsas semanales se elevó a un pico de 830 durante meses, (cuando se verificaron los primeros casos de COVID) para regresar a su nivel inicial de 200. La HRA espera mantener la distribución actual hasta febrero de 2021. Los creadores de esta iniciativa, el dinero de los donantes y un equipo de operaciones se reunieron en el momento adecuado para hacer realidad el programa de divulgación.
A la par, PEACE y el Punta Mita Hospital iniciaron un extenso programa de educación para alertar a todos los habitantes sobre los protocolos requeridos para limitar la propagación del virus, el cual sigue vigente al día de hoy.
Ron Budacz, presidente de PEACE, declaró: “Aunque ya existe una vacuna, sabemos que falta mucho para que se pueda administrar una cura de manera masiva (incluyendo a nuestros residentes locales), y al mismo tiempo se están reproduciendo nuevas oleadas de COVID en todo el mundo. Punta de Mita es un microcosmos del mundo; sin embargo, las personas que viven y trabajan aquí dependen del turismo y de la afluencia de visitantes para ganarse la vida. Otro cierre tendría consecuencias devastadoras de proporciones inimaginables mientras nuestros niños continúan privados de la escolarización presencial. Tanto residentes como visitantes debemos adherirnos a los estrictos protocolos de esta “nueva normalidad”: higienización constante y continua de manos, uso de mascarilla, distanciamiento social y evitar reuniones de grupos grandes para poder sortear el regreso del desempleo masivo. A diferencia de un programa de asistencia gubernamental bien financiado para el cual no existe ninguno, la HRA tiene una expectativa de vida definida, 33 semanas en el espejo retrovisor y 13 más frente a nosotros. Prediquemos con el ejemplo de protegernos unos a otros mientras apoyamos a las empresas locales que emplean a nuestra gente. Finalmente, esperemos y recemos para que la historia del virus no se repita aquí en el paraíso ".
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